Cortisol: la hormona del estrés
¿Alguna vez habías escuchado el término “cortisol”? ¿No? Bueno, hoy habrá una buena lección que te pondrá alerta, pues esta hormona tiene un papel SÚPER importante en la respuesta del cuerpo al estrés.
¿Qué es esooooo?
El cortisol es una hormona que actúa como neurotransmisor en nuestro cerebro y el cuerpo la produce ante situaciones de tensión para ayudarnos a enfrentarlas. La liberación de ésta es controlada en respuesta a situaciones estresantes y a un nivel bajo de glucocorticoides en la sangre.
Cabe resaltar que también es conocida como la hormona del estrés, del insomnio y la clave en nuestra activación diaria.

La Universidad de Medicina de Harvard realizó un estudio junto a diversos hospitales, donde demostró que un nivel moderado de cortisol es clave para el bienestar humano.
Por lo que no se trata de reducir al máximo su presencia, como muchas personas creen, puesto que nuestro cerebro necesita de esa activación media para desenvolvernos mucho mejor en nuestro día a día.
Lo malo…
Hasta el momento sabemos que el cortisol es vital para nosotros, sin embargo, la producción en gran cantidad puede ser contraproducente. ¿Cómo podría desarrollarse? Simple, un estrés continúo, pues el cerebro comienza a tener una conducta diferente o estado de ánimo.
Los síntomas que puedes identificar, de acuerdo al Dr. Pablo Iglesias, son los siguientes:
Comportamiento:
Falta de sentido del humor.
Irritabilidad constante.
Sentimientos de ira.
Ganas de llorar.
Físicos:
Cansancio permanente aunque no hagamos nada.
Dolores de cabeza.
Palpitaciones.
Hipertensión.
Falta de apetito o gula desmesurada.
Problemas digestivos.
Orina frecuente, diarrea o estreñimiento.
Dolores o calambres musculares.
Infertilidad e interrupción de la menstruación.
Pérdida de memoria debido a que los niveles altos de cortisol daña la conexión entre células cerebrales.
Disminución de las defensas.
¿Puede combatirse el exceso? Sí, estos son los tips:

Llevar una dieta balanceada: la correcta ingesta de nutrientes mantiene niveles satisfactorios de cortisol y de las demás hormonas necesarias para que el cuerpo lleve a cabo los procesos necesarios para subsistir.
Ejercicio físico: la actividad física regula las funciones corporales y la secreción de hormonas. Una vez comenzamos a ejercitarnos, el cortisol vuelve a los niveles normales para tener una vida sana y una mejor calidad de vida.
Meditación: reservarnos unos minutos al día para relajarnos y tomar consciencia de nuestro propio cuerpo nos ayudará a reducir los niveles de estrés y volver a la normalidad.
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Hablar de este tema es algo muuuuy extenso, así que te dejo otro artículo que puede ayudarte, PEROOOOO, siempre acude al médico.