Dormir, dormir, ¿vamos todos a dormir?

Dicen muchas personas que esta actividad es la más increíble y favorita de todas, algunos darían lo que fuera por dormir 24/7, los 365 días del año, durante toda su vida.
Pero, ¿qué hay de este hábito y por qué sería lo mejor que pudieras hacer?
Esta actividad, según la ciencia, es parte de un proceso biológico, nosotros podemos dormir, pero las funciones del cerebro y cuerpo siguen activas, estas son importantes para mantenernos saludables y sentirnos mejor al día siguiente.
Justamente por eso, es que nuestras mamás y abuelas insisten tanto en que dejemos el celular apenas se den las 21:00 horas y comencemos a contar borreguitos para caer profundamente en las manos de Morfeo.
¿Qué puede causar el no fomentar este hábito?
Derivado de no tener una gran calidad de sueño se pueden dar los trastornos, existen más de 80, pero estos son los más importantes y sus características:
Insomnio: No poder quedarse dormido y mantenerse despierto. Este es el más común.
Apnea del sueño: En éste la respiración se detiene por 10 segundos o más mientras duerme
Síndrome de las piernas inquietas: Una sensación de hormigueo o punzadas en las piernas junto a una fuerte necesidad de moverlas
Hipersomnia: No poder mantenerse despierto durante el día. Incluye la narcolepsia, que causa una extrema somnolencia diurna
Trastornos del ritmo circadiano: Problemas con el ciclo vigilia-sueño que dificultan quedarse dormido y despertarse cuando corresponde
Parasomnia: Conducta inusual como hablar, caminar o comer al quedarse dormido, durante el sueño o al despertarse

Otros factores que pueden influir en no tener el suficiente sueño son:
Consumir cafeína y alcohol
Un horario irregular, como trabajar el turno de noche
El envejecimiento. A medida que los años pasan, las personas duermen menos o pasan menos tiempo en el estado de sueño profundo. Además, se despierta más fácilmente
Muchas veces este hábito ayuda a algunos otros para prevenir cierto tipo de situaciones o enfermedades. Las horas de sueño que debes cumplir dependen de tu edad, estilo de vida y estado de salud, por ejemplo, los adultos necesitan entre siete u ocho horas cada noche.
Estos son algunos síntomas que puedes detectar y saber si tienes algún trastorno del sueño:
Tardar más de 30 minutos cada noche para quedarse dormido
Despertar varias veces durante la noche y luego no poder conciliar el sueño o despertarte demasiado temprano
Te sientes somnoliento durante el día, tomas siestas frecuentes o duermes en los momentos equivocados
Pueden decirte que roncas fuerte, resoplas, jadeas, haces ruidos de ahogo o deja de respirar por períodos cortos
Tienes la sensación de hormigueo o de que algo se arrastra o trepa por las piernas o brazos que se alivia al moverlos o masajearlos, especialmente por la noche y cuando trata de quedarse dormido
Tus piernas o brazos se sacuden con frecuencia durante el sueño
Tienes episodios de debilidad muscular repentina cuando estás enojada/o o tiene miedo, o cuando te ríes
Sientes que no puede moverse cuando se levanta por primera vez
El no cuidar nuestro hábito de dormir, al menos nuestras ocho horas, puede causar enfermedades de riesgo como: diabetes, obesidad, infecciones, salud mental y en el corazón, y no, no hablamos de mal de amores.
¿Ya te preocupaste? ¡Tranqui!

Aquí te van algunos consejos para que mejores tu sueño, vivamos más tiempo y seamos más felices:
Mantén un horario de sueño organizado, regularizar la hora de acostarse y levantarse.
Evita dormir por el día, si acaso una siesta de media hora –necesario poner alarma–, En caso de hacerlo que sea la misma hora todos los días.
Duerme lo necesario para sentirte saludable, no pasar un tiempo excesivo en la cama.
No ir a la cama sin sueño.
Ambiente tranquilo y confortable.
La cena debe ser ligera, pero evitar acostarse con hambre.
Mantén un horario regular para comer, tomar medicamentos, aficiones y otras actividades. Todas ellas mantienen ajustado a la hora, nuestro reloj biológico interno.
Leer u otro ritual inductor del sueño.
Evitar estimulantes, alcohol y tabaco.
Establece un ritual previo al sueño que te ayude a relajarte.
Ahora sí, a dormir.
¿Qué? ¿Por qué estás leyendo esto en la madrugada? ¡Anda!
¿Una motivación más para poner la cabeza en la almohada?
Hacerlo incrementará tu creatividad, mejorará tu humor, puede ayudarte a bajar de peso, mejora la memoria y protege tu corazón, como él o ella no lo hicieron…
¡Buenas noches!
*Este artículo fue escrito para alentarte a crear un nuevo hábito, para ello la escritora decidió quedarse hasta tarde y hacerlo más enriquecedor, jajaja.
*Aclaración: este post no aplica para las y los escritores, ya que las madrugadas son de mayor inspiración.