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¿Está bien estar mal?

Desde hace tiempo he escuchado una frase que luego se volvió poderosa “está bien estar mal”, algo que no sólo arrastra consigo un pequeño percance ocurrido en una mañana lluviosa o una tarde soleada, sino que va más allá: tu salud mental.


Quiero partir con una anécdota, abriendo mi corazón y sentir hacia ti que estás leyendo estas líneas.


Hace unos días, exactamente un mes, me desperté con un bajón impresionante. No quería salir de mi cama, ni bañarme, ni trabajar, ni hablar con nadie, ni ver a nadie, nada, sólo quería llorar y dormir, ¿por qué? No sé, solo sucedió.

Episodio de depresión

Justo ahí me pregunté si estar así también estaba bien, porque lo había leído y escuchado en decenas de personas, principalmente en redes sociales, cuando un “famoso” decidió subir un post hablando sobre el tema y el desánimo que había presentado ese día, acompañado de una foto de ella o él triste.


Al principio lo pensé como algo “idiota”, porque sentía que sólo estaba siendo parte de un contenido para obtener seguidores y como el morbo vende, pues la gente tenía mucha interacción con esa persona, aun cuando no se explicara a detalle del por qué se sentía de esa manera, incluso los medios de comunicación tomaban eso para su contenido diario.


Luego de llorar casi todo el día, a ratitos, en voz baja, por cada rincón que iba, sin que nadie me viera y siguiendo con mis actividades mientras me tragaba todo el dolor que llevaba dentro, me di cuenta que no, no está bien estar mal.


A nadie le gusta estar así y sería maravilloso sentirte bien siempre, con esto no quiero invalidar los sentimientos de una persona y su manera de expresarlos, al contrario, me gustaría que saliéramos de nuestra burbuja y nos demos cuenta que dejar pasar todo esto nos puede traer aún más problemas.

No está bien estar mal

¿Salud mental?

La salud mental es el estado de equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio-cultural que los rodea, incluye el bienestar emocional, psíquico y social e influye en cómo piensa, siente, actúa y reacciona una persona ante momentos de estrés.


Este tema, lamentablemente, sigue siendo algo de lo que prefieren no hablar en distintos países, sobre todo si nos remontamos a América Latina, donde la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en sus estadísticas del 2020, indica que 1 de cada 4 personas tienen depresión, una variante del daño en la salud mental.


¿Qué es la depresión?

Hace referencia a un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. Más que solo una tristeza pasajera, ésta no es una debilidad y uno no puede recuperarse de la noche a la mañana de manera sencilla.


Afecta los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento de una persona, puede causar una variedad de problemas físicos y emocionales, incluso autolesionarse o consumar un suicidio.


Se preguntaran si la depresión sólo sucede porque sí y ya, pues en realidad no, existen diversos factores; genéticos, biológicos, laborales, ambientales y psicológicos, incluso podría venir de antecedentes familiares o simplemente desarrollarse con el paso del tiempo.

¿Asusta? ¡Por supuesto! Y si revisamos los números en cuanto a la atención, presupuesto y prevención en nuestra región, sería aún más aterrador.


América Latina cuenta con bajos recursos para la salud, dentro de esto se ejerce sólo un 2.0% del presupuesto para lo mental y de ese porcentaje, poco más del 60% de este se destina a hospitales psiquiátricos, lo que indica que es totalmente reactivo y no preventivo, que preferiblemente tendría que ser a la inversa.


No obstante, aunque el tema de inversión por parte de los gobiernos es un factor importante, el estigma de las personas por ir a un psicólogo o psiquiatra para tratarse es aún más grande, puesto que algunos y algunas piensan que es una pérdida de tiempo o poco efectivo, o si nos vamos a extremos “sólo es para los locos”.


Asistir a terapia es tan importante como ir al médico

La sociedad tradicionalista y encerrada en su privilegio, antecedentes o costumbres, nos ha enseñado que no puedes estar mal por algo tan simple, cuando esa situación tiene todo un trasfondo, del que -seguramente-, también forman parte.


Es importante decir que antes de vivir una terrible pandemia, los índices de diagnósticos y suicidios por no atender la salud mental eran elevados, actualmente después de vivir casi dos años en el encierro intermitente, se pronostica que al menos el 50 y el 70 % de la población, adicional a los ya detectados, serán diagnosticados con depresión, ansiedad o ambos.


¿Alguna vez has hecho menos los sentimientos de tus amigas o amigos cuando se sienten “tristes”? Cuidado, ellos podrían estar pasando por un episodio de depresión y tú sólo te has limitado a invalidar su sentir por ser algo “minúsculo”.


Si no leíste bien los aspectos a detectar cuando alguien tiene depresión regresa un poco más arriba, si ya sabes cómo detectarlo en alguien más, esto puede servirte para ayudarle:

  • Habla con esa persona sobre lo que has notado y por qué estás preocupado.

  • Explícale que la depresión es una enfermedad, no un defecto ni una debilidad personal, y que generalmente mejora con el tratamiento.

  • Sugiérele que busque ayuda de un profesional: un médico o un profesional de salud mental, como un consejero o psicólogo habilitado.

  • Ofrécele tu ayuda para preparar una lista de preguntas con el fin de discutirlas en una primera consulta con el médico o profesional de salud mental.

  • Exprésale tu disposición a ayudar organizando las consultas, acompañándolo a estas y asistiendo a las sesiones de terapia familiar.

¿Cómo tener una buena salud mental?

Sí, si es posible. Principalmente la Secretaría de Salud en México emite las siguientes recomendaciones para mantener una buena salud mental:

  • Tener buenos hábitos alimenticios.

  • Realizar ejercicio con regularidad.

  • Conservar buenas relaciones interpersonales.

  • Evitar el tabaco y el consumo de alcohol.

  • Dormir como mínimo de 8 horas diarias.

  • Realizar actividades sociales, recreativas, culturales y deportivas.

  • Fomentar el hábito de la lectura: leer enriquece la capacidad de atención e incrementa la memoria, aumenta la motivación y reduce el estrés.

La terapia no es para locos

Sin embargo, parecen realmente superficiales, no es sencillo hacer esto, porque principalmente la motivación no existe y para algunos de estos puntos es necesario.


Aquí lo más importante y efectivo es: TERAPIA.


No, no. La terapia no es para “locos”, es para personas que quieren estar bien, porque ese es el principal objetivo. Se tiene que trabajar constantemente en ti y nada como un profesional de la salud mental para hacerlo: psicólogos y psiquiatras.


Una vez se decida acudir con ellos, es garantía que vas a recuperarte, pero ojo, no sólo es ir y que te explique, escuche y oriente, sino también poner de tu parte para hacerlo posible, inicialmente ESCUCHAR y DESAHOGARSE.


No tengas miedo a la ayuda, ni al qué dirán, sólo necesitas estar bien y jamás decir que “está bien estar mal”.


¿Te gustaría saber más del tema y poder identificar si es algo que te pasa a ti o a un amigo? Házmelo saber aquí.


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