Idealización errónea: las consecuencias
A través de los años los cánones de belleza han ido cambiando, el constante bombardeo de publicidad en redes sociales sobre este tema ha dado pauta a que la preocupación más grande de mujeres y hombres sea su FÍSICO.
Cabe resaltar que nadie está en contra de la vanidad, cuidarse y ser tu mejor versión en todos los sentidos, incluso en lo exterior, pero esta auto-idealización lleva a algunas personas a tener conductas excesivas sobre su cuerpo, es tan grave que llega al punto de un trastorno de la alimentación, que sin darse cuenta te puede llevar al límite poco a poco.
¿Qué son los trastornos de alimentación?
Hablamos de afecciones graves de salud, implican problemas serios sobre cómo se piensa sobre la comida y la conducta alimentaria. Se puede comer mucho menos o más de lo necesario.
No son un estilo de vida, afecta la capacidad del cuerpo para obtener una nutrición adecuada, esto puede provocar enfermedades cardiacas y renales, incluso la muerte. Es importante decir que esto puede repercutir también en las emociones y relaciones personales.
Tipos de trastornos
Existen trastornos, los más frecuentes o “comunes” son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, atracones de comida, evitación/restricción de ingesta.
Atracones de comida: comer sin control. Las personas con este trastorno siguen comiendo incluso después de estar llenas, a menudo, comen hasta que se sientan muy incómodos, después tienen sentimientos de culpa, vergüenza y angustia. Esto puede causar aumento de peso y obesidad.
Evitación/restricción de ingesta: las personas no comen porque les disgusta el olor, sabor, textura o el color de la comida. Tienen miedo a vomitar y/o atragantarse con un alimento y sufrir asfixia por aspiración. No tienen anorexia o bulimia nerviosa, tampoco otro problema médico que podría explicar su comportamiento relacionado con la alimentación.
Bulimia nerviosa: estas personas también tienden a tener periodos de atracones, pero luego se purgan provocándose el vómito o usando laxantes. Suelen hacer ejercicio excesivo o pueden ayunar. Quienes padecen esto, pueden tener poco peso, peso normal o sobrepeso.
Anorexia nerviosa: quienes sufren de este trastorno evitan los alimentos a toda costa, los restringen severamente o comen en cantidades muy pequeñas, pero sólo de algunos alimentos. Pueden verse a sí mismas con sobrepeso, incluso cuando están peligrosamente delgadas. Ésta es la menos común de esta lista, pero a menudo es la más grave. Tiene la tasa de mortalidad más alta de cualquier trastorno mental.
Adicional al problema nutricional que se vive, pueden desarrollarse otras afecciones médicas que también ponen en riesgo a quienes siguen estos regímenes de alimentación, por ejemplo:
Baja densidad ósea (osteoporosis)
Anemia
Pérdida muscular y debilidad
Cabello y uñas finas y quebradizas
Piel seca, manchada o amarillenta
Crecimiento de vello fino en todo el cuerpo
Estreñimiento severo
Sangre en vómitos o en las heces
Menstruaciones irregulares
Presión arterial baja
Respiración y pulso lento
Sentirse débil, mareado o cansado todo el tiempo
Diabetes
Colesterol y triglicéridos altos
Hígado graso
Apnea del sueño
La anorexia nerviosa puede ser fatal, algunas personas con este trastorno mueren de complicaciones por inanición y otras por suicidio. Sin embargo, también pueden derivarse otras enfermedades mentales como depresión o ansiedad, incluso problemas con el uso de drogas.
¿Causas?
Realmente no existe una causa en específico, los investigadores creen que estos trastornos son por la interacción de distintos factores, incluyendo genéticos, biológicos, conductuales, psicológicos y sociales. Unos de los más comunes podrían ser:
Imagen corporal distorsionada o negativa
Enfocarse demasiado en el aspecto físico o el peso
Ponerse a dieta a edades tempranas
Tener familiares con este problema
No hay una edad específica para desarrollar un trastorno alimenticio, tampoco se rige por el sexo, religión, posición económica o social, simplemente sucede. Aunque es importante decir que en las mujeres es más frecuente, sobre todo en la etapa adolescente.
Síntomas.
Atracones de comida:
Comer cantidades inusualmente grandes de alimentos en un periodo de tiempo específico, como un periodo de 2 horas.
Comer incluso cuando está lleno o no tiene hambre.
Comer rápido durante los episodios de atracones.
Comer hasta que esté incómodamente lleno.
Comer solo o en secreto para evitar la vergüenza.
Sentirse angustiado, avergonzado o culpable por su alimentación.
Hacer dieta con frecuencia, posiblemente sin pérdida de peso.
Bulimia nerviosa:
Vomitar o usar laxantes o enemas para acelerar el tránsito de los alimentos por el cuerpo.
Hacer ejercicio intenso y excesivo.
Ayuno.
Anorexia nerviosa:
Comer muy poco, hasta el extremo de morir de hambre.
Ejercicio intenso y excesivo.
Delgadez extrema.
Miedo irracional aumentar de peso.
Imagen corporal distorsionada; verse con sobrepeso incluso cuando tiene un peso extremadamente bajo.
Tratamiento.
Los planes de tratamiento se deben adaptar a las necesidades de cada persona. Es probable que tenga un equipo de proveedores que le ayude, incluyendo médicos, nutricionistas, enfermeras y terapeutas.
¿Qué hacer si tengo un trastorno de este tipo?
Habla con alguien. Es necesario externar lo que pasa, busca a una persona que sea de tu entera confianza y cuéntale.
Pide ayuda. Cuando se aborda pronto, la persona tiene bastantes probabilidades de recuperarse. Pide una cita con tu médico o especialista en trastornos de la conducta alimentaria.
Visitas médicas. El tratamiento implica tiempo y esfuerzo, trabaja duro para aprender cosas sobre ti mismo y sobre tus emociones. Haz todas las preguntas que necesites hacer.
Paciencia. Hay mucho que aprender, y los cambios ocurren poco a poco. Cuídate y rodéate de gente que te apoya.
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No peses tu autoestima, lo que en verdad vale es lo que existe dentro de ti.