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La edad sólo es un número


Este tema interviene en muchaaaaaas cosas, proyectos, la vida, el trabajo, pero nos enfocaremos en el amor, que es el más cuestionado de todos.

¿Qué es lo que te enamora de una persona al momento de conocerla? ¿Su edad o su personalidad?

Estudios sobre el tema hay muchísimos, algunos tienen diferencias súper notorias uno del otro, mientras –quizás el resto coincide en sus predicciones, pero… ¿qué dicen exactamente? ¿Es un problema estar con alguien mayor o menor?


Según uno de los más conocidos, realizado por el profesor Andrew Francis de la Universidad Emory en Atlanta (Estados Unidos) y publicado en The Atlantic, la edad sí es un factor determinante.

Los resultados arrojaron que una pareja con cinco años de diferencia de edad entre sus miembros tiene un 18% más de posibilidades de separarse, mientras que, si la diferencia es de diez años, el riesgo de acabar separados aumentaba hasta el 39%.

No obstante, hay varios casos –incluso de personajes públicos- que han logrado desafiar los datos tan pesimistas, por ejemplo: los actores Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, Bruce Willis y la modelo Emma Heming, Hugh Jackman y la productora Deborra Lee-Furness o el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron y su esposa Brigitte Trogneux.

¿De verdad es la edad una característica determinante para la duración de estas relaciones, en lugar de otras cosas más importantes?

De acuerdo a especialistas en relaciones de pareja y sexología, las parejas separadas por varios años, más los números, deben poner atención en ciertas cuestiones relacionadas con la diferencia de edad que podrían afectar en mayor medida a su estabilidad, por ejemplo:

  • Prejuicios sociales. Aunque el mundo ha evolucionado bastante, algunos prejuicios y convenciones sociales siguen latentes, y la diferencia de edad entre las parejas es uno de ellos. Cuando es notable, muchas veces se sospecha directamente de las verdaderas intenciones o motivos por los que se ha iniciado esa relación. Otras, la propia familia o los amigos pueden verlo con recelo, así que conviene aprender a gestionarlo y normalizar la situación con ellos.

  • Formas de vida. Las rutinas y aficiones pueden ser muy diferentes, pero como en toda pareja, es importante aprender a respetar que cada uno tiene que tener espacio para disfrutar de aquellas cosas que le hacen feliz. Incluso, ambos podrían interesarse por aquellas actividades, planes o cuestiones del otro y fortalecer su relación.

  • Equilibrar las relaciones sociales. El tipo de amigos, ambientes y contexto social que frecuenta cada uno puede intervenir según la edad. Por ello, es importante aprender a repartir el tiempo, entre las veces que se quedan con los amigos y buscar momentos para mezclarlos. Lo ideal sería encontrar un equilibrio para que ninguna de las dos partes tenga la sensación de que está sacrificando a los suyos en favor del otro.

  • Madurez. También es un punto importante porque a la larga podría distanciar a la pareja. Lo que el más joven puede considerar un gran problema al mayor puede parecerle algo mínimo por la experiencia adquirida y el aprendizaje en situaciones parecidas. Ambos deben buscar recursos y ponerse en el lugar del otro para resolver estos conflictos. En cualquier caso, sería incorrecto presuponer que el más joven sea siempre más inmaduro, ya que por su experiencia vital o tipo de personalidad podría ser todo lo contrario.

  • Relaciones sexuales. La importancia que le damos a estas, la frecuencia, el nivel de la libido en el que se encuentra cada miembro de la pareja, el interés por satisfacer al otro... y siempre teniendo en cuenta que, si surge algún tipo de problema, la terapia sexual resulta un recurso óptimo para aprender a disfrutar plenamente de las relaciones, es VITAL.

Es importante decir que hay un problema mayor dentro del tema, pues según el género del que se hable, se puede decir si “está bien” o no.

Ejemplifico.

Si la mujer es mayor que el hombre, el juicio moral se agrava más; mientras que un hombre maduro forma pareja con una mujer más joven, suele ser socialmente más aceptable, incluso, motivo de admiración; dejando claro que, en igualdad de circunstancias y acciones, nosotras seguimos siendo afectadas.

Lo cierto es que, la edad cronológica podría marcar un límite de tiempo, pero la edad percibida y sentida de las personas podrían importar más para el éxito de una relación. Parejas con diferencias de edad significativas podrían estar mejor emparejadas en términos de sus intereses compartidos, vitalidad, energía y salud que muchas parejas de la misma edad.

En fin, las emociones, pensamientos y comportamientos cotidianos que definen una relación son conocidos sólo por aquellos en la relación, no por extraños entrometidos. Cuando las parejas están bien adaptadas, independientemente de su brecha de edad, pueden tener una asociación fuerte y satisfactoria.

Amen, sientan, vivan, experimenten y que les valga un carajo el qué dirán, eso sí, siempre haciendo todo desde el respeto, la complicidad, comunicación y amor bonito.

¡Perjuicios afuera y que viva el amor!

***

¿Has estado en una relación donde tú seas la/el mayor? ¿Cuántos años? ¿Cómo te fue? ¡Cuéntame! (:

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