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La muerte de Marisela Escobedo


Según la Constitución Política de México, no podemos hacer justicia por nosotros mismos ni ejercer nuestros derechos por medio de la violencia, incluso se nos indica que debemos dejar trabajar a las autoridades para dar seguimiento a un crimen o delito y castigar a quienes verdaderamente sean declarados culpables.

Sin embargo el sistema judicial no siempre funciona como se lee en los libros o como se anuncia en televisión, desafortunadamente vivimos una realidad en la que la justicia favorece a quienes están amparados bajo fuertes influencias o quienes por medio de presión hacen que se haga cumplir la ley.

Somos muchos los mexicanos que deseamos justicia por gente que fue silenciada, desaparecida y asesinada.

Este fue el caso de Marisela Escobedo, una enfermera, empresaria y activista mexicana, que luchó constantemente para que se hiciera justicia por el asesinato de su hija, cuyo homicida y ex pareja nunca pagó por su crimen.

Marisela no descansaría a pesar de que día y noche aguardaba ante las autoridades para obtener una respuesta de su petición, ella quería que el crimen no quedara impune, que el culpable quedara tras las rejas.

A más de diez años de su muerte por homicidio, Marisela Escobedo se convirtió en un icono representativo para los movimientos de protesta, exigiendo derechos y justicia.


Feminicidio

Ciudad Juárez, Chihuahua, es una de las ciudades más azotadas por la violencia, especialmente famosa por feminicidios que desde hace décadas siguen impunes y frecuentes.

Gracias a las redes sociales y a los impactos que han tenido las múltiples marchas feministas alusivas al 8 de marzo, han salido a la luz miles de casos de feminicidios cuyas investigaciones no han resuelto nada y lejos de hecho han sido casos sin solución, sin dar con los responsables y en la peor situación, casos olvidados.

Marisela Escobedo Ortiz, fue una activista social tras el homicidio de su hija, Rubí Marisol Fraire Escobedo de 16 años, asesinada en agosto de 2008; Marisela señaló a su entonces pareja Sergio Rafael Barraza Bocanegra, como el asesino de su hija y pese a sus esfuerzos por que se hiciera justicia, este nunca pisó la cárcel ni recibió sentencia alguna.

Esta acción por parte del tribunal hizo continuar con la lucha que ya había emprendido, hasta su muerte. Lo que también inspiró la continuación de otros movimientos distribuidos por el por gran parte del país.


La lucha

Rubí era la hija menor de Marisela Escobedo, quien además de enfermera tenía una carpintería y mueblería, al lugar llegó Sergio Rafael de 20 años pidiendo trabajo, Sergio le rogó a Marisela bajo el argumento de que era padre soltero y necesitaba sacar adelante a su hijo.

Marisela en un acto de buena fe le dio el trabajo y fue ahí donde conoció a Rubí de entonces 13 años, al poco tiempo comenzaron una relación a la que por supuesto la familia se puso en contra, pero que al final decidieron aceptar para evitar el enojo de Rubí.

Tras un año de relación, la pareja se fue a vivir a otro lugar, y al poco tiempo Rubí ya estaba embarazada.

Un hermano de Rubí fue de visita a la casa donde vivía la pareja, pero no encontró a nadie, por lo que fue a casa de la mamá de Sergio, ahí encontró solamente a Sergio quien le dijo que Rubí lo abandonó junto con su hija y se fue con otro hombre.

Tiempo después el hermano volvió a buscar a Sergio y a su hija, pero esta vez no los encontró, lo cual ya fue demasiado raro para la familia de Rubí, por lo que comenzaron a buscarla.

Sin embargo, las autoridades de Chihuahua no levantaron un acta de desaparición hasta un mes después debido a la constante petición de Marisela.

Marisela llegó al grado de ofrecer gratificación a cambio de información de su hija, mientras que sus hermanos buscaban a Rubí por todos los rincones de la ciudad, incluyendo los prostíbulos.

Un día un hombre contactó a Marisela para darle información, el tipo le mencionó que conocía a Sergio y junto a sus amigos desecharon unos muebles, por testimonio del hermano de Sergio se supo que él mató a Rubí, la echó a un tambo y le prendió fuego.

Ahora Marisela comienza una nueva búsqueda para dar con el paradero de Sergio, comenzando a buscar en donde mataron a Rubí, por sus propios medios Marisela localiza a Sergio y logra ser aprehendido, Sergio confiesa todo, incluso el lugar donde estaban los restos de Rubí.

Tras el hallazgo del cuerpo de su hija, Marisela logra obtener la custodia total de su nieta y comienza una serie de marchas para que caiga todo el peso de la ley contra Sergio Rafael.

A pesar de las evidencias y la confesión de Sergio, el 04 de abril del 2010 día del juicio contra Sergio, el tribunal de honor decide absolver a Sergio de la acusación y es puesto en libertad por insuficiencia de pruebas.

Al día siguiente del juicio, Marisela comenzó de nuevo con las marchas de protesta en diferentes ciudades, incluyendo Fresnillo Zacatecas, donde se sabía que Sergio radicaba y fue capturado por primera vez.

Un día, mientras Marisela y su hijo pegaban unos volantes con la información de Sergio, una jovencita les dijo que ella fue novia del tipo de la foto y les dio la ubicación de donde estaba actualmente, sin perder tiempo, Marisela llamó a la policía, la cual llegó al lugar, pero Sergio logró escapar y el operativo fracasó.

El problema se hizo más grave cuando se supo que Sergio pertenecía a un grupo del crimen organizado y tráfico de drogas llamado “los zetas”.

Pese a todo, Marisela Escobedo manifestó que no tenía miedo y que seguiría luchando hasta que se hiciera justicia por su hija.

A principios de diciembre, Marisela había instalado una vigilia en la plaza Hidalgo, frente al palacio de gobierno de Chihuahua.

El 16 de diciembre del 2010, Marisela estaba en la plaza, de acuerdo con lo que captó una cámara de vigilancia, se ve un auto acercándose al lugar donde estaba Marisela con sus hermanos, del auto se baja un hombre, se acerca donde ella sospechosamente, Marisela se percata y huye del lugar, logrando cruzar la calle al palacio de gobierno, pero es alcanzada por una bala en la cabeza, lo que le quitaría la vida.

Este acontecimiento generó mucha controversia ante los medios, cuestionando al propio gobernador de Chihuahua, Enrique Jiménez Zavala, quien fue señalado como responsable del homicidio de Marisela, sin embargo, una vez más el crimen quedó impune.

Sergio Barraza, asesino de Rubí murió el 16 de noviembre del 2012 en un enfrentamiento con militares en Zacatecas. Lo que confirmaría los rumores que realmente sí pertenecía a un grupo delictivo.


Las tres muertes de Marisela Escobedo

Un documental estrenado el 14 de octubre de 2020 en Netflix explica a fondo las investigaciones y el trabajo de la Marisela por esclarecer el homicidio de su hija, el documental habla de sus esfuerzos y obstáculos que Marisela tuvo que afrontar.

Al principio del documental aparece Marisela Escobedo, presentándose y agregando “le he perdido el miedo a todo”

El significado de las tres muertes es una manera metafórica de cómo una madre se llega a sentir tan destrozada al grado de sentir que murió y ya no tiene nada que perder.

La primera muerte es el homicidio de su hija, la segunda muerte es la negligencia de las autoridades que a pesar de tener evidencias y confesiones del acusado, lo dejan libre y la tercera y última es cuando Marisela es asesinada mientras recogía sus pancartas afuera de las oficinas.

El homicidio de Marisela Escobedo conmovió a todo el país, lo que hasta la fecha ha servido para intensificar e insistir en hacer justicia por Marisela, su hija Rubí y por miles de mujeres en situaciones iguales y similares.


¿Justicia ciega?

Es cierto que no podemos hacer justicia por nuestras propias manos, pero también es cierto que la justicia en México favorece a unos cuantos, mientras que otros nos quedamos sentados esperando por una respuesta que probablemente jamás llegará.

La muerte de Marisela Escobedo, no solo quedó como un ejemplo de lucha para miles de mexicanos, también fue un ejemplo de la falta de seriedad y la ineptitud de las autoridades de justicia.

Una vez más quedó demostrada la gran mentira de que la justicia es ciega y se aplica por igual para todos. Marisela Escobedo pudo comprobar que una vida tiene menos valor que un monumento y hasta el propio dinero.

La pregunta es… ¿Cuántas personas más tendrán que morir para que nuestro sistema de justicia FUNCIONE? ¿Cuántas marchas serán necesarias? ¿Cuántas Mariselas? ¿Cuántos monumentos valen una vida? ¿Qué historia se contará en los libros escolares?

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