Los héroes también son criminales: ¿Papá, por qué me haces esto?
“Papá es mi héroe, en él puedo confiar y contarle mis problemas, porque sé que me dará un buen consejo”, “papá está cerca de mí desde que tengo memoria, cubriéndome del frío, cuidando de mí”, “papá se convirtió en un ejemplo a seguir, quiero ser como él cuando sea grande”.
Muchos crecemos creyendo que nuestro padre es lo máximo y un todopoderoso, y aun después de crecer sigue siendo nuestro respaldo, es el hombre que estará de nuestro lado en las buenas y en las malas.
Pero… ¿Qué pasa cuando el héroe se vuelve un monstruo? ¿Qué hago cuando mi padre es una pesadilla?
¿Qué hace un niño cuando su “héroe” lo traiciona?
Conozcamos casos conocidos de padres abusivos.
El monstruo del Norte de Santander.

Rafael Ángel Fernández Peña, de 52 años, un hombre que vivía en la zona rural de Pamplona, con su esposa y sus hijos, fue acusado y encarcelado por el delito de violación, dirigido hacia sus propias hijas. Llegando incluso a procrear un hijo con una de ellas.
Martha (nombre falso para protección de identidad), una de las víctimas, afirma: “Él abusó de mí, él me amenazó. Me maltrataba constantemente. Fueron abusos, repetitivamente. Hasta que quedé embarazada”.
Menciona que los abusos se detuvieron cuando a sus 17 años quedó embarazada, producto del incesto y que continuó abusando de ella cuando nació el bebé quien actualmente tiene 8 años.
Martha huyó al cumplir 18 años, tomando las pocas pertenencias que tenía y yendo directamente a denunciar los hechos ante la policía.
En palabras del Coronel Carlos Martínez, comandante del Departamento de Policía del Norte de Santander: “Apenas tuvo la mayoría de edad, la víctima huyó de este entorno que la venía afectando. Denuncia los hechos ante la Policía Nacional, colocamos todas nuestras capacidades de investigación, de la mano de la fiscalía general de la Nación”.
Cuando el monstruo vive en casa
Laura (nombre falso para proteger identidad) habla de un infierno disfrazado de un juego que vivió desde sus tres años con su papá.
“Me decía que era un juego... Yo era su princesa, pero no podíamos contarle nada a mamá porque se enfadaría”. Los abusos siempre consistían en tocamientos, besos, caricias.
Afirma que nunca se vio forzada, por tratarse de un juego, ella obedeció sin rechistar, su madre jamás se enteró acerca del “juego de siempre”.
Laura guardó silencio por años, su padre siguió siendo un hombre bueno y culto ante los demás, siempre preocupado por su familia; Laura pensó que su vida era ya normal, al creer que ya lo había superado por lo que jamás relacionó ese terrible pasado con sus inseguridades, baja autoestima, su tristeza, sus excesos y su bulimia.
“Viví por años engañada, creyendo ser el orgullo de mi padre y, por ende, su consentida, hasta que un día ví por casualidad una película que abordaba el tema… sentí como me quebraba por dentro en mil pedazos”, declaró Laura.
Sintió asco, culpa, vergüenza, odio, deseaba morir y la contradicción también la devoraba ¿Cómo podía odiar a alguien a quien llevas toda una vida queriendo? Laura al día de hoy tiene 40 años.
Abuso de poder.
Joan Montane, es un escritor de 48 años, recuerda cómo su padre comenzó a abusar de él desde los 7 años. Miembro de una familia de clase media, su madre ama de casa y dos hermanos.
"Empezó como un juego. Nunca me amenazó ni usó violencia física, pero tampoco la necesitaba. Si lo hace tu padre está bien por decreto, no es discutible... Tiene acceso total y absoluto, el niño no tiene ninguna posibilidad".
Y así continuó hasta los 14 o 15 años. "Te das cuenta de que es un secreto y sientes vergüenza, miedo y culpa... pero es la vida que te ha tocado, como niño no te planteas si es injusto o no, vives con ello".
La casa del horror

En 2017, en una humilde casa del barrio de Nueva Esperanza, residía un matrimonio con sus cuatro hijos cuyas edades eran 9, 7, y 2, los varones, y una niña de 6 años.
Nadie podría imaginar el terror del que los niños eran víctimas, hasta que en 2019 comenzaron las investigaciones por un dibujo que el mayor había hecho, en donde claramente se reflejaba a una pareja sosteniendo relaciones sexuales.
A finales del mismo año, se comprobó que el hombre había violado al mayor de sus hijos obligándolo a practicarle sexo oral, muchas veces, en presencia de sus hermanitos.
También era común que la pareja tuviera relaciones en cualquier parte de la casa y que miraran películas pornográficas frente a sus hijos.

El padre, cuya identidad se mantiene en secreto por protección, fue condenado a 14 años de prisión en 2020, una pena pactada entre la fiscalía y la defensa.
Por su parte, la madre fue detenida y sentenciada en 2021 por corrupción de menores a una pena de 10 años, se ha comprobado que obligaba a sus hijos a “besar” sus partes íntimas.
Actualmente el caso sigue abierto, por lo que es probable que se sumen más años de condena.
Caso Turpin

En enero del año 2018, la pareja David y Louise Turpin fueron condenados a cadena perpetua tras declararse culpables de haber abusado de 12 de sus 13 hijos durante al menos 9 años.
Eran una familia de clase media que residía al sur de Los Ángeles, la fachada de su casa ofrecía una apariencia de orden y tranquilidad. Aunque en realidad era una máscara que escondía olores nauseabundos y suciedad.
Al momento de su detención, los niños de entre 2 y 29 años estaban gravemente desnutridos, uno de los hijos, de 22 años, estaba encadenado a una cama, dos de sus hermanas acababan de ser liberadas de unos grilletes.
Las víctimas tenían prohibido bañarse más de una vez al año, no podían usar el sanitario y nunca habían visto un dentista. Debido a una alimentación tan descuidada, el crecimiento de los hermanos se vio atrofiado a grado tal que las autoridades los confundieron con niños en un principio.
El caso se dio a conocer luego de una llamada al 911 por parte de una de las hijas que logró escapar quien daba indicios acerca del maltrato que ella y sus hermanos sufrían, una adolescente que no sabía ni su propia dirección, ni siquiera tenía noción del tiempo.
Durante los testimonios hubo declaraciones contradictorias entre los hijos, ya que mientras uno de ello declaraba: "Aunque puede que no haya sido la mejor manera de criarnos, me alegro de lo que hicieron porque me han convertido en la persona que soy hoy"
Otro afirmaba: "No puedo describir con palabras lo que vivimos al crecer allí. Todavía tengo pesadillas de cosas que pasaron, como cuando mis hermanos eran encadenados o golpeados".
¡No te calles!
Quizás sea más difícil de cómo se lee, pero no es imposible, a veces el silencio es un cruel enemigo, ya sea por miedo, por amenaza o por chantaje, somos obligados a callar y “guardar un secreto” que lejos de olvidar, será un fantasma que nos atormente por toda la vida.
Si has sido víctima de abuso, conoces algún caso, busca orientación profesional, pide ayuda y por el bien de muchos… ¡No te calles!