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Los secretos del muro de Berlín

El 09 de noviembre de 1989 se destruyó, por fin, el muro que separaba la ciudad de Berlín, abriendo paso a un nuevo mundo a aquellos que estaban reprimidos por los estragos de una guerra.


La historia

Cuando la II Guerra Mundial terminó, Alemania quedó dividida al igual que Berlín, eran cuatro sectores de ocupación:

  • Soviético

  • Estadounidense

  • Francés

  • Inglés

Los comunistas y los aliados mantenían malas relaciones que crecieron a tal punto que surgieron dos monedas, dos ideales políticos y finalmente, dos Alemanias.

Los sectores occidentales, es decir, estadounidense, francés y británico se convirtieron en la República Federal Alemana (RFA) y el sector soviético se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA).

Berlín quedó dividida y se crearon 81 puntos de paso entre las dos zonas de la ciudad.


Levantamiento del muro

Bloques de hormigón armado y construido dentro de un perímetro de 155 kilómetros.
Bloques de hormigón armado y construido dentro de un perímetro de 155 kilómetros.

La RDA sufría de una pérdida de población, casi 3 millones de personas que buscaban dejar atrás la Alemania Oriental. Así que el 12 de agosto de 1961 se instaló un muro provisional y dejando solo abiertos 12 puntos de acceso.

Se colocó una alambrada de 155 kilómetros que separaba las dos partes de Berlín. Los medios de transporte no podían cruzar de un lado a otro.

Y finalmente, durante los siguientes días comenzó la destrucción de un muro de ladrillo y las personas, cuyas casas estaban en la línea de construcción, fueron desalojadas.

Pero, seguía existiendo el problema de las fugas de personas que con éxito lograban burlar la seguridad y escapar.

Por lo que, la sencilla pared de ladrillo se convirtió en un muro de hormigón de 4 metros de altura con un interior de cables de acero. En la parte superior contaba con una superficie semiesférica para que nadie pudiera agarrarse a ella.

Y para colmo, colocaron la “franja de la muerte”. Esta se trataba de un foso, una alambrada y una carretera por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas del día.

Se prohibió a los berlineses occidentales ingresar a Berlín Oriental, salvo con un permiso especial que era muy difícil de conseguir.


Conrad Schumann

Hans Conrand Shumann fue el primer desertor de la República Democrática Alemana una vez empezada la construcción del Muro.

Sirvió como soldado en el Ejército Popular Nacional. Después de tres meses de entrenamiento en Dresde, fue destinado a una academia de suboficiales en Potsdam, tras lo cual sirvió como voluntario en Berlín Oriental.

Pero fue el 15 de agosto de 1961, con 18 años, Hans se encontraba en su tercer día de construcción como centinela en el Muro. En ese momento, el muro solo era una valla alambrada.

Aprovechando una oportunidad, Shumann saltó la valla y soltó el subfusil soviético que portaba, para ser rescatado y alejado del muro en un coche de la policía de la RFA (Alemania Occidental).

Su huida fue captada por el fotógrafo Peter Leibing y la imagen se convirtió en una de las más famosas.

En una entrevista posterior a la caída del Murto de Berlín comentó:

Desgraciadamente, debido a una depresión por el rechazo de sus padres y hermanos quienes lo consideraban un traidor de la RDA, Conrad se ahorcó cerca de la ciudad de Kipfenberg el 20 de junio de 1998 a los 56 años.


La caída

Tuvieron que pasar 28 años para que se generaran movilizaciones civiles que formaran un cambio en la orientación de la política del Estado.

La caída del muro
La caída del muro

Patricia Kreibohm, coordinadora del departamento de Historia del Instituto de Relaciones Internacionales, escribió que las manifestaciones en contra del régimen comunista se iniciaron en septiembre de 1989, en Leipzig, frente a la iglesia de San Nicolás. A partir de entonces, las manifestaciones de los lunes, hicieron tambalear al presidente Erich Honecker, quien renunció a sus cargos el 18 de octubre. Esta Revolución Pacífica se fortaleció día tras día y el 9 de noviembre de 1989, un funcionario de primera línea del Bureau Político y portavoz del gobierno de la RDA, Gunter Schabowski, se vio obligado a dar una conferencia de prensa internacional para comunicar que el gobierno había decidido autorizar la libre salida del país de los ciudadanos de Alemania Oriental; una medida que entraría en rigor “de inmediato y sin demora”.

Dichas palabras provocaron que miles de personas se fueran hacia el Muro, exigiendo a los guardias que abrieran las puertas. En el paso fronterizo de Bornholmer dejaron pasar a los primeros ciudadanos de la RDA hacia Berlín Occidental a partir de las 21:20 horas,

Miles de personas cruzaron en las siguientes horas a Alemania Occidental, algunas por primera vez en sus vidas, provocando la rápida caída del muro.

"La gente sintió alegría y una feliz sensación de conmoción, de que algo que pensaban que nunca sucedería o que al menos nunca sucedería en su vida, repentinamente pasó de la noche a la mañana pacíficamente. Y eso hizo que la gente pensara que todo es posible", le explica a BBC Mundo Hope Harrison profesora de Historia y Relaciones Internacionales en la Universidad estadounidense George Washington y autora de "After the Wall: Memory and the Making of the New Germany, 1989 to the Present".


Las ruinas del muro

Eats Side Gallery
Eats Side Gallery

El sector del Muro de Berlín de mayor tamaño y mejor conservado es la East Side Gallery, con una longitud de 1,3 kilómetros. Este tramo fue decorado con murales en su parte interior, obra de más de un centenar de artistas de diversas nacionalidades.

Otros de los puntos clave en la ciudad para descubrir la historia del Muro, es la Potsdamer Platz, con una de las torres de vigilancia; el puesto fronterizo Checkpoint Charlie, y la Puerta de Brandenburgo.

Después de su caída, fueron numerosos los pedazos de muro que se repartieron por todo el mundo, de manera que no hace falta viajar a Alemnia para ver alguno de sus fragmentos. En España, hay tres de ellos: uno, en el Parque de Berlín, en el distrito madrileño de Chamartín, otro, en el Parque Europa, en Torrejón de Ardoz, y uno más en Isla Mágica, en Sevilla. En Portugal hay un fragmento a la entrada del Santuario de Fátima. Pero por todos los continentes hallarás países con algún trozo de muro, aunque el único que se encuentra en América del Sur está en Buenos Aires, Argentina.


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