Me doy pena ajena
Actualizado: 14 mar

Alguna vez has estado a mitad del día y de repente te llega un recuerdo donde te sentiste incómodo o mal con tus acciones pasadas y pensaste “¿por qué dije eso?”, “¿por qué lo hice?”, “¡qué vergüenza!”.
Darnos pena ajena es una constante en la vida de varios, por lo menos en la mía lo es, muchas veces me inundan pensamientos intrusivos como ese, donde me da vergüenza mi comportamiento de años atrás.
El oprobio surge de la creencia que hicimos algo mal y seremos juzgados por ello, debido a la sensación de ser insuficiente o inadecuados en situaciones sociales.
Pero, ¿por qué nos avergonzamos de esa forma de nosotros mismo?, ¿será porque hemos cambiado, hemos crecido y ahora pensamos distinto?, O solo el recuerdo de malas experiencias nos persiguen y nos seguirán el resto de nuestra existencia.
Una razón por la cual podemos sentir esa pena es porque tenemos un diálogo interno negativo, que nos dice que no somos suficientes, y nos critica constantemente.
Tus palabras tienen poder y cómo te hablas a ti mismo determina tu forma de pensar y sentirte e influye en tu autoestima.
Cuando buscas la palabra autocringe en TikTok aparecen un montón de videos de personas hablando de cómo se sienten avergonzados de cosas que han hecho en el pasado.
Lasso usa también la palabra “autocringe” mientras reacciona a un video de él mismo cantando en la entrevista de una alfombra, y el mismo artista reaccionando a un video suyo de 2011.

Y así como a ellos, a mí también me da cringe mi comportamiento de años atrás, sin embargo, me ayuda a recordar que he crecido, he cambiado y me he transformado positivamente.
Hice lo que pude con las herramientas que tenía, esas experiencias y vivencias me ayudaron a crecer y meditar mis acciones. Tal vez en unos años pensaré en retrospectivas a quien soy hoy y vuelva a pasar lo mismo.
Es importante preguntarnos ¿qué es lo que más me repito a lo largo del día?, ¿cómo me hablo cuando me equivoco?, ¿le diría esas palabras a quien quiero?
Podemos ayudarnos a cambiar nuestro diálogo interno, y hablarnos con amabilidad, respetar nuestros procesos de crecimiento y desarrollo.
Cuando te lleguen los pequeños flashbacks de las cosas que te dan penita de ti mismo, sirve recordarlo con gracia y aprender de ello.