Mujeres olímpicas e históricas
En marco de los trigésimos segundos Juegos Olímpicos realizados en Tokio este 2021, hablemos y honremos a las mujeres que han destacado en el deporte, especialmente en esta justa tan antigua.
A lo largo de la historia de este evento, los deportes participantes se han considerado únicamente para los varones, pues según los griegos, las mujeres no serían capaces de lograr lo que ellos en competición, además que ellas sólo tenían que estar al servicio de su casa, dedicarse a los hijos y a su esposo, que seguramente era uno de ellos.
Puede que muchos se pregunten si al menos podrían participar como público, pero la historia cuenta que, a menos que fuesen solteras, podrían estar observando cada evento sin prohibición alguna. Aunque relativamente no se tiene evidencia de féminas en los recintos.
Conforme pasaron los años y ante la evolución constante –y lenta– de las sociedades, fue que hasta 1900 se tuvo por primera vez la participación de mujeres y aunque no fue un gran número, al menos había representación.

El auge
Los juegos de París 1900 fueron un parteaguas importante, aunque se limitó única y exclusivamente al golf y tenis, aquí pudieron agruparse al menos seis mujeres en competición. Incluso cuando el fundador de esta justa deportiva moderna, Pierre Coubertin, decía que la presencia de ellas era antiestético, poco interesante e incorrecta.
Fue para Ámsterdam 1928, donde incrementó el número de competidoras a 300, casi el 10% del total, pero muy importante, pudieron integrarse al atletismo.
De hecho, en el marco de este evento, Alice Melliat, deportista en remo, fundó la Federación de Sociedades Femeninas de Francia, además de la Federación Internacional Deportiva Femenina.
Después vinieron otras sedes en distintos tiempos y las mujeres fueron apareciendo aún más: en 1976 un 20%, 1988 un 25%, y un 35% en Atlanta 1996, donde comenzó a normalizarse su presencia.
Evolución y cambio
A partir de Atenas 2004 incrementó drásticamente el número de competidoras, desde un 40% en ese año, hasta el 48.8% recientemente en Tokio.
Sin embargo, este 2021 no sólo celebramos la notoria paridad de género y que el Comité Olímpico Internacional (COI) haya entrado al tema de la equidad y duplicado los deportes, sino también, el que se hablara de cosas importantes que pasan las deportistas: la salud mental, la sororidad, la vestimenta y el ser un referente para las niñas.

Ahondando en este último punto, pudimos ser partícipes de cómo Momiji Nishiya, Sky Brown y Hend Zaza, las deportistas más jóvenes de los Olímpicos, dieron una cátedra de lo que significa el “juegas como niña”, imponiendo un gran precedente en el Skateboard, que se consideraba un deporte únicamente masculino, y también en el tenis de mesa.
Fuimos testigos de la decisión tan importante que tomó el equipo de voleibol femenil de Noruega al decir no al bikini durante el partido que disputarían contra España por la medalla de bronce.
Su molestia fue que no debería ser obligatorio el usar esta prenda para la práctica de la disciplina, primero porque es poco cómodo y segundo por la sexualización hacia las jugadoras. Esto les generó una multa de 50 euros por jugadora y por partido, que su Federación asumió sin problema y dio todo el apoyo a sus compatriotas.
Aplaudimos la sororidad, porque, aunque por “naturaleza” el competir es igual a “detestar” a tu rival, muchas chicas apoyaron, alentaron y felicitaron a sus contrincantes al subir al pódium, incluso cuando ellas no lograron obtener un lugar.

Un claro ejemplo es el de la triatleta noruega Lotte Miller, quien terminó en el lugar 24 y aun así decidió alentar a Claire Michel, que se acercaba a la meta, pues no creía poder seguir en la competencia.
Y finalmente algo de lo que nadie se atrevía a hablar por no verse “débil”: la salud mental, y que hizo posible una de las mayores referentes de la gimnasia a sus 24 años de edad, Simone Biles.
La estadounidense decidió declinar en algunas competencias porque quería priorizar este importante tema, el mundo debatía su decisión, mientras ella se recuperaba y una semana después decidió reanudar su participación.
Biles explicó que esto lo hizo por ella y que se sentía orgullosa de haber sido capaz de competir de nuevo, darse cuenta que también son seres humanos y no sólo unas “atracciones”.

México con mucho orgullo
Hacer una mención especial a la delegación mexicana, que marcó un hito por las 49 plazas femeniles en donde participaron un total de 65 mujeres, un número importante desde su aparición en los olímpicos.

Resaltar que, de las cuatro medallas acumuladas, tres las ganaron mujeres: Alejandra Valencia en tiro con arco mixto, Gabriela Agúndez y Alejandra Orozco en plataforma de 10 metros y Aremi Fuentes en levantamiento con pesas.
No obstante, nos sentimos orgullosas de todas las chicas, reconocemos el esfuerzo a pesar de los pocos o nulos apoyos por parte del Comité Nacional del Deporte (CONADE) en México, fuimos testigos de la asombrosa participación y aplaudimos los logros de:
Alexa Moreno, Paola Morán, Laura Galván, Alegna González, Ilse Guerrero, Valeria Ortuño, Andrea Ramírez, Úrsula Patricia, Daniela Torres, Haramara Gaitan, Esmeralda Falcon, Brianda Cruz, Sofía Reynoso, Daniela Gaxiola, Yuli Verdugo, Victoria Velasco, Jessica Salazar, Lizbeth Salazar, Daniela Campuzano, Martha Del Valle, Dafne Navarro, María López, María José Fassi, Prisca Awiti, Ana Gabriela López, Aremi Fuentes, Alma Valencia, Byanca Rodríguez, Arantxa Chávez, Aranza Vázquez, Carolina Mendoza, Dolores Hernández, Alejandra Orozco, Gabriela Agúndez, Nuria Diosdado, Johana Jiménez, Mariana Arceo, Carmen Oliver, Kenia Lechuga, Briseida Acosta, Alejandra Ramírez, Gabriela Rodríguez, Alejandra Valencia, Aida Román, Ana Vázquez, Cecilia Pérez, Claudia Rivas, Dmita Vega y Elena Oetling.

…
Profundamente agradecer a todas las mujeres deportistas por su esfuerzo, dedicación, entrega y lucha, desde las que ya no están, pero iniciaron la revolución en esta industria, hasta las que vienen en el camino para seguir haciéndose presentes.
El mundo no ha sido tan bueno con nosotras, en muchos sectores se ha reprimido nuestra actividad porque somos “mujeres” y no realmente por si tenemos las capacidades o no para hacerlo posible, incluso en el deporte, donde algunos esperaríamos fuera un poco más abierto, pero que sin duda en la actualidad alzar la mano y decir presente, nos dará la apertura a ser más históricas, más olímpicas.