¿Por qué celebramos el Día del Niño?
México es uno de los pocos países que celebra a los niños el 30 de abril, cuando el resto del mundo, por recomendación de UNICEF, lo hace cada 20 de noviembre. Así que, todo va más allá de organizar un convivio y dar regalos a los chiquitines.
Antecedentes
A nivel global el origen de la celebración se remonta a la Primera Guerra Mundial, un conflicto de escala masiva que cambió varias cosas, entre ellas los avances tecnológicos, la supuesta gloria del combate o sus consecuencias sobre la población civil.
De 1914 a 1918, algunas naciones se enfrentaron en combate abierto en distintos puntos del mundo. Desde Europa y hasta las arenas de Medio Oriente, la guerra afectó no solo a los ejércitos, sino también a los habitantes de todas las ciudades y pueblos.

La situación llevó a que miles de niños y niñas sufrieran los estragos de aquella guerra, por ello la inspiración para que la Sociedad de Naciones, el organismo precursor a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tomaran en cuenta los derechos de los niños, no solo en este tipo de conflictos, sino en los tiempos de paz y tranquilidad.
Fue así que, en 1924, apenas una década después del inicio de la Gran Guerra, se redactó y firmó la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño, uno de los primeros textos que reconoció la existencia de derechos específicos para las niñas y niños, además de la responsabilidad de adultos para asegurar su bienestar.
De acuerdo a un borrador publicado en 1923, la declaración se basaba en cinco principios básicos:
El niño debe contar con los medios para su desarrollo normal, tanto material como espiritualmente
El niño hambriento debe ser alimentado, el enfermo cuidado, el rezagado atendido, el delincuente corregido y el huérfano protegido
El niño debe ser el primero en recibir ayuda durante las emergencias
El niño debe ser colocado en una posición que le permita acceder a cierto nivel de vida, y debe ser protegido contra todo tipo de explotación
El niño debe ser concientizado de que todos sus talentos deberán ponerse en servicio de la humanidad
No pasaron más de dos décadas desde la publicación del documento histórico, cuando el mundo se sumergió una vez más en la guerra.

Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, la Sociedad de naciones, que probó ser de utilidad en diversas situaciones, se disolvió para dar lugar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), organismo que en 1946 fundó la UNICEF para asegurarse que ningún niño sufriera las consecuencias del abandono, conflictos bélicos, la explotación o la violencia doméstica.
Revolución Mexicana

México participó en la firma, sin embargo, no era la única razón por la que el país decide tomar ese día, sino por el rol que jugaron los niños en los primeros años de la Revolución Mexicana.
Algunos realizaron trabajos de espías, mensajeros, soldados o simplemente como encargados de llevar armas y municiones a los combatientes, su participación interrumpió su infancia de tajo.
Esta guerra también marcó a toda una generación de niños y adolescentes, mismos que años más tarde desempeñaría diferentes roles en la reconstrucción del país.

Por otro lado, se tiene constancia de que el Día del Niño fue instaurado el 8 de mayo de 1916 en la ciudad de Tantoyuca, Veracruz, sin embargo, en menos de 10 años la fecha fue cambiada por el 30 de abril.
Su conmemoración es importante, no por los regalos, sino para recordar que aún hay mexicanos menores de edad en situación de pobreza extrema o sufriendo algún tipo de explotación o abuso físico y psicológico.
México tiene poco más de 18 años reconociendo los derechos de la niñez mexicana, pues apenas en el 2000, se promulgó la primera Ley de Derechos de las Niñas y los Niños, misma que en 2014 fue sustituida por otra ley que comprende al menos una veintena de derechos de los niños, las niñas, los y las adolescentes del país.
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¿Conocías el verdadero origen de esta celebración? Compártela con los chiquitines y ¡Feliz –casi- día del niñoooo!