Religiones antivacunas
Durante la pandemia de Covid-19 (de la que ya estamos hasta la mad...) se ha popularizado un debate: vacunarte o no hacerlo. Mientras que muchas personas objetan que “no sabemos qué contienen las vacunas”, otros alegan que son indispensables.
Bueno aquí no juzgamos a nadie, pero VACÚNATE.
En fin, el tema que nos trae acá es que han salido a la luz ciertas perspectivas culturales y religiosas respecto a la vacunación. Muchas de estas vienen de la mano con:
Derechos individuales
Posturas de salud pública
Puntos de vista religiosos
Sospecha y desconfianza de las vacunas
El debate comienza en la línea de “lo que quiero como individuo” y lo que “la ley exige”. Por ejemplo, en Estados Unidos, las leyes estatales imponen vacunaciones obligatorias, como las que se deben poner a los niños para que puedan entrar a la escuela.
Caso Jacobson vs Massachusetts
Un residente de la ciudad de Cambridge se rehusó a ser vacunado contra la viruela porque creía que la ley violaba su derecho de cuidar su propio cuerpo como él creía mejor. La Corte rechazó la oposición de Jacobson. Este fallo de 1905 fue trascendental, y ha servido como fundamento para las acciones del estado que limitan las libertades individuales con el fin de proteger la salud pública
En otro artículo te hablaré más del caso.

La religión
Ciertos sistemas religiosos y creencias promueven perspectivas alternativas para la vacunación, la mayoría de las objeciones se basan en dilemas éticos relacionados al uso de células de tejidos humanos para crear las vacunas.
Esto se vuelve un gran problema cuando las creencias dicen que el cuerpo es sagrado y, por lo tanto, no debería recibir ciertos químicos, sangre o tejidos de animales. Incluso directamente que este debe ser sanado solo por Dios o remedios naturales.
La iglesia católica
Esta reconoce el valor de las vacunas y la importancia de proteger la salud individual y comunitaria. Sin embargo, afirma que los feligreses deben buscar alternativas cuando estén disponibles.
Los científicos cristianos no tienen una política formal contra las vacunas, pero en general confían en la oración para sanar; creen que las intervenciones médicas, que podrían incluir a las vacunas, son innecesarias.
Stephanie Nana, una cristiana evangélica de Edmond, Oklahoma, se negó a recibir una vacuna contra la COVID-19 porque creía que contenía “tejido celular de abortos”.
Lauri Armstrong, una nutricionista creyente en la Biblia a las afueras de Dallas, dijo que no necesitaba la vacuna porque Dios diseñó el cuerpo para curarse a sí mismo, si se le daban los nutrientes adecuados. Más que eso, dijo, “sería la voluntad de Dios si estoy aquí o si no estoy aquí”.
La desconfianza hacia los científicos se ha convertido en parte de la identidad cultural.

Sospechas y desconfianza
Para estas comunidades, la sospecha se entiende mejor en un contexto social e histórico de desigualdad y desconfianza.
A nivel internacional, en partes de Asia y África a menudo se relaciona la desconfianza hacia las vacunas con teorías de un “complot occidental”, que sugiere que las vacunas son estratagemas para esterilizar o infectar a comunidades no occidentales.
Las perspectivas culturales y opiniones discrepantes hacia la vacunación, incluyendo objeciones libertarias y religiosas, así como las sospechas ante las vacunas, indican la necesidad de continuar con la comunicación y la colaboración entre funcionarios médicos y de salud pública y el público con respecto a políticas de vacunación aceptables y eficaces.
Y tú, ¿te vacunaste? ¿Qué opinas?
Nos leemos pronto <3