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¿Seré abuela alguna vez?


Hace algunos días vi un TikTok que decía que las mamás se preocupaban porque sus hijas no salieran embarazadas cuando no debían y que ahora su preocupación era sobre si algún día tendrían nietos.

Durante años, el modelo familiar ha sido muy claro: Naces, creces, te casas, tienes hijos, mueres.

Sin embargo, este modelo ha cambiado drásticamente durante las últimas dos décadas, el concepto de familia ha trascendido a diversos panoramas, se han creado o, al menos, se han respetado los nuevos tipos de familia y el matrimonio es ahora un evento diferente a como lo era hace 30 años.

Ya lo decía una señora por ahí, que se casó a los 18 y tuvo su primer bebé a los 20, “Yo solo espero que mi hija pase los 20 sin casarse y tenga hijos como yo lo hice”. Irónicamente esa bebé acaba de cumplir 30 y no ha hecho ninguna de las dos cosas. Ahora se pregunta si será abuela alguna vez.

Nuestros padres no deseaban que nos casáramos jóvenes, como ellos, pero no esperaban que de repente decidiéramos no hacerlo jamás.

Una encuesta del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona descubrió que solo 31% de las parejas mantienen el patrón “convencional” de casarse y tener hijos.

¿Pero qué es lo que pasa? ¿Por qué de repente perdimos el interés por el matrimonio y los hijos? La respuesta es, de hecho, bastante sencilla: no existen las condiciones para hacerlo.

Desde la década de los 80’s y 90’s el mundo se ha acelerado bastante, las emociones, el crecimiento laboral y las experiencias de aventura que una persona puede vivir a lo largo de su vida, se han reducido a poder llevarse a cabo en mucho menos tiempo.

Esto abre ese apetito de actividades extremas que una vida rutinaria no ofrece. Además, sonará raro de escuchar, pero técnicamente hablando, esta decisión es culpa de nuestros padres.

Somos la generación que crecimos con “primero conoce, viaja, haz amigos, sal y disfruta de tu juventud” bueno, no es nuestra culpa que nos gustara demasiado.

Generacionalmente los nuevos jóvenes de entre 20 y 30 años (edad en la que nuestros padres se casaron y sentaron bases de la familia) nos caracterizamos por no conformarnos, buscar aventuras sociales más trascendentales, rápidas y abundantes, posponiendo casi por completo el matrimonio y la familia.

Sin embargo, las ganas de viajar y conocer el mundo no son los únicos motivos por el que decidimos no tener hijos, la desigualdad económica, la inflación y miles de trabajos mal pagados, no nos dejan mucho margen para mantenernos a nosotros mismos, mucho menos a una familia de la que seríamos responsables.

El cambio climático, la constante amenaza de conflictos bélicos, recesiones económicas y las constantes crisis laborables no nos brindan buenos argumentos para decidir aumentar la población mundial.

Mamás y papás, no se preocupen. Probablemente sus hijos no les darán nietos, pero tendrán un lindo perrhijo al que amar, o sigan esperando, quizás tengan suerte y a sus hijos les fallen los métodos anticonceptivos. #bromita

Nos leemos pronto <3

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