Suzanne Capper
Manchester Inglaterra, diciembre 1992. Suzanne Jane Capper de solo 16 años murió en el Hospital Withington debido a una falla orgánica múltiple derivada de quemaduras en el 80% de su cuerpo.
¿Qué pasó?
La historia comienza en diciembre de 1992, cuando Suzanne Capper conoció a un grupo de personas en una discoteca en el sur de Manchester. Este grupo estaba liderado por Bernadette McNeilly, una mujer mayor que Suzanne, que había sido expulsada de la escuela por mala conducta y que tenía antecedentes penales por robo.
McNeilly y su grupo se aprovecharon de la vulnerabilidad de Suzanne, quien tenía una discapacidad auditiva, y la convencieron de que se uniera a su pandilla.
Durante las siguientes semanas, el grupo sometió a Suzanne a un constante abuso verbal y físico, llegando incluso a quemarla con cigarrillos y tatuando su piel con un cigarrillo encendido. También la obligaron a consumir drogas y a prostituirse para conseguir dinero para el grupo.
A principios de diciembre de 1992, McNeilly y su pandilla comenzaron a planear el secuestro de Suzanne. La engañaron para que creyera que iban a llevarla a una fiesta, pero en cambio la llevaron a una casa abandonada en la localidad de Withington, donde la ataron y la encerraron en un armario.
Allí comenzó un periodo de torturas que duró siete días, durante los cuales Suzanne fue golpeada, apuñalada, quemada y sometida a una serie de humillaciones y vejaciones.
El grupo incluso llegó a cortar el pelo de Suzanne y a obligarla a comerlo. También la sumergieron en un baño lleno de agua con sal para que las heridas infligidas durante la tortura no sanaran. Durante este tiempo, exigieron a la familia de Suzanne un rescate de 25.000 libras esterlinas, pero nunca tuvieron intención de liberarla.
El 7 de diciembre de 1992, los miembros de la pandilla llevaron a Suzanne a un descampado en la localidad de Fallowfield, donde la rociaron con gasolina y la prendieron fuego.
Suzanne logró escapar y fue encontrada por una pareja que pasaba por allí, Michael Coop declaró: "Sus dos manos parecían ceniza. Sus piernas eran como carne cruda y sus pies parecían estar muy carbonizados. Me sorprendió lo educada que era la víctima. Agradecía constantemente a mi esposa por su ayuda"
Suzanne fue trasladada al hospital, antes de caer en un coma logró decir el nombre de los seis agresores:
Bernadette McNeilly
Jean Powell
Glyn Powell
Jeffrey Leigh
Antonio Michael Dudson
Clifford Pok
Sus quemaduras eran tan graves que su madre y padrastro no pudieron reconocerla, fue identificada por una huella dactilar parcial recuperada.
Suzanne Capper falleció cuatro días después el 18 de diciembre de 1992.
El juicio
Peter Wall, policía de la Gran Manchester fue el encargado de hacer los arrestos correspondientes. Según el informe, Jean Powell y Mcneilly, los principales agresores se rieron y bromearon entre ellos cuando fueron arrestados.
Wall declaró: “A medida que la historia comenzó a desarrollarse, simplemente no podíamos creerlo. Me preguntaba cómo un ser humano podía hacerle esto a otro"
El juicio por el asesinato de Suzanne Capper fue uno de los más largos y complejos de la historia del Reino Unido. McNeilly y sus cómplices fueron condenados por asesinato, secuestro y tortura, y recibieron penas de entre 15 y 25 años de prisión.
El juez que presidió el juicio describió el crimen como "uno de los más viles y atroces en la historia criminal del Reino Unido".
El caso de Suzanne Capper ha tenido un gran impacto en el Reino Unido y ha llevado a un mayor debate sobre la violencia entre los jóvenes y la brutalidad del suceso.
Leigh fue liberado antes de su sentencia en 1998, al igual que Pook, en mayo de 2001. Ambos fueron liberados bajo licencia.
McNeilly obtuvo la libertad condicional en 2015, después de que se le redujera un año su mínimo de 25 años y se la describiera como una "prisionera modelo".