Tiroteo en centro médico en Oklahoma deja tres muertos
Michael Lewis fue operado por el cirujano Preston Phillips en el Hospital Saint Francis de la ciudad de Tulsa y él era su objetivo al entrar al centro médico con un rifle y una pistola.
Lewis había sido operado en la espalda recientemente y estuvo llamando a la clínica para quejarse de dolores de espalda intensos. Siendo, en sus palabras, ignorado constantemente.

Finalmente, Michael compró una pistola semiautomática en una armería local poco antes del tiroteo y se dirigió al hospital con la clara intención de matar al doctor Phillips y a quien se interpusiera en el camino.
El hombre logró su cometido y además del doctor Phillips, las otras tres víctimas fueron otro médico, una recepcionista y un paciente.
“Se interpusieron en su camino y Lewis los abatió a tiros”, declaró Wendell Franklin, jede de la policía de Tulsa.
Michael Lewis se suicidó después del hecho, pero la policía encontró una carta en el lugar de los hechos en la que explicaba sus motivos.
Este sería el tiroteo número 233 en Estados Unidos, en lo que va del año, según Gun Violence Archive. Además, estas tragedias han dado lugar a llamamientos a favor de una legislación más estricta en materia de control de armas.