¿Toallas, tampones o copa?
Más o menos desde los 11 o 12 años, las niñas comenzamos nuestro período, menstruación, Andrés o como le quieras llamar y desde ese momento nos volvemos “esclavas” de ciertos productos.
Veamos cada uno.
Toallas

Durante el siglo XIX las mujeres solían utilizar prendas de franela hechas en casa para detener o recolectar el sangrado menstrual, estas se lavaban constantemente y eran reutilizadas.
Sin embargo, el riesgo de bacterias en las telas mal lavadas comenzó a ser preocupante, por lo que, entre 1854 y 1915 surgieron diversos productos desechables, los precursores de lo que conocemos ahora.
Las toallas Lister fueron las primeras en salir al mercado, consistía en una toalla (parecida a las de hoy en día) hecha de algodón cubierta por una gasa.
Sin embargo, el tabú alrededor de la menstruación hacía que los consumidores se mostraban reacios a ser vistos comprándolos, por lo que, el producto fue un fracaso.
Eventualmente, la necesidad de un producto práctico para estos días del mes hizo que marcas como Kotex comenzaran a desarrollar productos que fueron evolucionando hasta las toallas de hoy en día.
Ventajas
Veamos algunos de los beneficios que nos puede traer utilizar este producto:
No puedes olvidarte de ella ya que, cada vez que vas al baño, la ves. Por lo tanto, el riesgo de infecciones es menor.
Si se tiene alguna infección vaginal, son la mejor opción, esto porque no introduces ningún objeto a la vagina y generan un mejor flujo de aire.
Se ajustan a las necesidades, hay nocturnas que son más largas, con alas, pequeñas y extra delgadas.
Desventajas
Sin embargo, también existen un par de aspectos negativos sobre su uso:
No se pueden meter al agua. Así que no son una opción para las piscinas o la playa.
Debe cambiarse cada 4 o 6 horas, por higiene.
Al tener que adherirse a la ropa interior, existe el riesgo de que se mueva en algún momento.
Tampones

Otra de las opciones más populares son los tampones, estos pequeños cilindros de algodón que se introducen en la vagina, son la elección preferida de muchas niñas.
Te sorprenderá saber que el tampón es el invento menstrual más antiguo. Su historia data de hace 3500 años, en el Antiguo Egipto, cuando las mujeres usaban una versión primitiva del tampón.
Las altas clases utilizaban papiro enrollado para absorber el flujo, mientras que las clases más populares usaban caña acuática suavizada para el mismo propósito.
El tampón como lo conocemos llegó en 1929, gracias al médico Earle Haas, se le ocurrió la innovación del producto cuando escuchó las quejas de una mujer sobre lo engorroso que era tener que lavar las compresas.
Ventajas
El riesgo de una filtración del flujo es casi nula, el mecanismo forma una barrera prácticamente perfecta dentro de la vagina que evita que pase la sangre.
No causa irritación, debido a que no hay contacto con la vulva, no hay riesgo de lesiones.
No hay mal olor. Cuando la sangre sale y se oxida, en combinación con el olor de las compresas, se genera el olor característico, con los tampones esto no ocurre.
Puedes usarlos en el agua, en la piscina y en la playa sin problema.
Desventajas
Prácticos y cómodos una vez que aprendes a usarlos, pero su uso también tiene ciertos inconvenientes:
Llevar la cuenta del tiempo, el tope máximo de tiempo que puedes usar el mismo tampón es de 8 horas, pero lo recomendable es cambiarlo cada 4 o 6 horas. El riesgo de desarrollar el síndrome del shock tóxico se eleva si pasas de las 8 horas.
Puede provocar resequedad vaginal. Si no se escoge bien el tamaño y la capacidad de absorción se puede ver alterada la humedad de la vagina.
Puedes olvidarte de él muy fácilmente. Al ser un producto cómodo y no tiene filtraciones, es muy sencillo olvidar que está ahí, lo que puede provocar infecciones.
Copa menstrual

A finales del siglo XIX, en 1867 ya se veían artefactos similares a la copa, pero con diseños más…. rústicos. Pero fue hasta 1930 cuando Leona Chalmers, patentó en 1937 un “receptor catamenial” fabricado de goma y caucho vulcanizado.
En los años 60 se volvieron a fabricar, pero fue hasta los años 80 cuando tomaron popularidad y eran fabricadas en látex, poco a poco la mentalidad de las mujeres y de la sociedad con respecto al periodo, ha ido cambiando.
Ventajas
Con los años este producto ha ganado popularidad y no es por nada, sus ventajas son:
Son más baratas a largo plazo. De inicio es costoso, pero se ahorra al no comprar toallas o tampones, por lo que a la larga es más barato.
Se pueden usar por más tiempo, a diferencia de los tampones que solo se pueden usar máximo ocho horas, las copas solo necesitan ser retiradas, vaciadas y lavadas cada 12 horas.
Es más ecológica. Es reutilizable y al durar mucho más que los productos desechables, genera menos contaminación.
Algunas opiniones dicen que es más cómoda. Sin embargo, la experiencia es diferente para cada mujer,
Desventajas
Como todo, también tiene sus dificultades:
Toma más tiempo aprender a usarla. Algunos comentarios afirman que toma más tiempo acostumbrarse al modo de insertarse y retirarse.
Contacto directo con la sangre. Al ser un “envase” hay un acercamiento a la sangre, ya que debe retirarse la copa y vaciar su contenido.
Más difícil de maniobrar, al ser un producto generalmente de silicón, tiende a ser resbaladizo lo que puede provocar un derrame al momento de sacarla.
Difícil de lavar. Al ser un producto delicado, algunas usuarias afirman que encontrar un buen lugar para lavarla suele ser difícil, ya que los baños públicos o no tienen agua o no está del todo limpia.
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¿Has usado los tres productos? ¿Cuál es tu favorito? ¿Cuál te funcionó mejor?
Nos leemos pronto <3